domingo, 10 de febrero de 2013

DIARIO DE... LU


Hola soy Lu, pero no de Lucía, de Luna. Sí, mi madre es una moderna y me he criado en el modernismo, como el mísmisimo Gaudí. Nací en Madrid en pleno centro, bueno, no, iba a nacer en Madrid, pero mi madre decidió que quería dar a luz en el mar, un parto acuático de esos. Una experiencia muy IN, así que nací en Valencia con el agua hasta arriba y luego nos vinimos a nuestro loft en el down town de la capi.


Mi casa era guay, la cocina estaba unida al salón y el salón a la habitación y en el baño sólo había una mampara transparente, de modo que no había manera de hacer pis sin hacer un calvo a media familia. Un ático ideal abuhardillado, así que mientras tuve 10 años podía ir erguida, a partir de los 13 comencé a desarrollar una chepa como Antonio Gala.





No fui a una guardería normal, de esas en las que los niños se sacan mocos y levantan la falda a las chicas, no. Mi guardería fue de método Kumon, una enseñanza alternativa que fomenta la autonomía, la educación artística... Que mi madre sea escultora-restauradora y mi padre trabaje en una distribuidora de cine independiente tiene que ver, claro.


Luego fui al colegio Estudio, ese donde van los hijos de los intelectuales modernosos y me apuntaron a clases de chino y japonés. Recuerdo esas tardes con mis padres y sus amigos, todos con gafas muy gordas (es entonces cuando me di cuenta de que la miopía sería el mal del siglo XXI y no el paro), charlaban en casa sobre las películas de un señor con nombre raro llamado Lars Von Trier, no les gustaban los chistes verdes, sólo los sketch de Faemino y Cansado y se reían con unos jóvenes que empezaban, que hablaban como mi abuelo el del pueblo, y se hacían llamar “Muchachada”.


Llegué a ver la tele por fin, con 16 años, antes estaba tapada con una tela de kashmir traída de la India y un tocadiscos encima. Porque en mi casa no se oían cds, sólo vinilos de Jazz, soul…, en realidad mis padres eran tan vintage (sin tele, con tocadiscos…) que a veces, en vez de estar en mi casa, parecía que estaba en la de mi abuelo el del pueblo, si no fuese por el brasero.


En mi época la gente veía Sensación de Vivir, pero mis padres no me dejaban, me decían que si quería ver algo que por lo menos fuese “La casa de la pradera” que era más retro. Todo el mundo veía pelis de Chuck Norris o Stallone o Keanu Reeves…, pero en mi casa sólo se veían las que distribuía mi padre, películas de samuráis japoneses, de un señor llamado Kurosawa… supuse que todo lo hacían para mejorar mi japonés.


Cuando iba a casa de mis amigas, veía su cama rosa, su mesa de estudio con florecitas y ¡¡¡¡todo nuevo!!!, mi madre me avergonzaba porque recogía muebles de la basura, que cuanto más viejos, más le gustaban. Sillas desconchadas, mesas carcomidas… mi habitación parecía un puñetero almacén de antigüedades y mis amigas me miraban como a una indigente. Después de invitarles a casa una tarde, hicieron un bote para comprarme entre todas el almuerzo del recreo.



Tampoco ayudaba llevar a clase de gimnasia las camisetas cinco tallas más grandes … porque más de un día he confundido las mías con las de mi padre. Ambas llevaban dibujos de los Clips, de Oliver y Benji o Heidi.
Así que muchos días cuando me llevaba al cole, aparecíamos los dos con la misma camiseta y pelaos de frío en una Vespa de la edad de Conchita Velasco. Porque en mi casa el coche estaba prohibido, aunque fuese enero y cayesen chuzos de punta.

Hoy tengo 20 años, me llaman la Luni, mi chico pasa de motos amariconadas y tiene una Rieju de los 70, eso sí, tuneada eh?? (un modelo muy vintage también, creo que esto les gustará a mis padres), paso tres de cada 5 noches en Pinto porque mi churri, El Rául, trabaja en un garito allí y sale tarde, así que me quedo a dormir con él en un local que ha alquilado con los colegas del grupo, de techos altos (por fin puedo estirarme en casa).


He estudiado peluquería y soy esteticien en una tienda de chinos, de esas que arreglan las uñas, (yo creo que conseguí el curro por el idioma, lo de aprender chino me vino de lujo), y creo que he sacado la vena artística de mi madre porque hago unos dibujos divinos en la uñas de la clientas más vip. No debería dar nombres… pero… (hago las uñas a una de las tronistas de Mujeres, Hombres y Viceversa, pero shhhhh…).





Y por fin he entendido el cine que tanto veían mis padres, el cine de Tarantino, el garito del Raúl es como “Abierto hasta el amanecer”, serpiente incluida. Lo que nunca entenderé es el humor de Faemino y Cansado, pero con los porros que me doblo mi chico me llama “Fumada” y yo a él “Cansado”, puto vago!!.


Como no nos va mucho lo de los viajes (si no se puede llegar con la moto Rieju), estamos pensando en tener un hijo, y le pienso llamar Lars, el Lars, ¿mola no??, por Lars Von Trier… si es que no se puede evitar, tó se pega,  cómo son los genes… la que es moderna es moderna!!.

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